martes, 18 de octubre de 2016

El ejército de la libertad. El Directorio Revolucionario 13 de Marzo en la Revolución Cubana, de Julio César Guanche

Estudiantes de 4to de Periodismo!
Este texto de Guanche, les ayudará a entender las características del DR 13 de marzo. Se los recomiendo de manera especial para entender las dinámicas complejas de esta organización revolucionaria.

Dice el texto:

El ejército de la libertad. El Directorio Revolucionario 13 de Marzo en la Revolución Cubana

La ideología del Directorio Revolucionario

El Directorio Revolucionario 13 de Marzo es un hijo de la inspiración socialista democrática al uso a mediados del siglo xx. Adscrito a esa filosofía, con carta de ciudadanía en la Constitución cubana de 1940, los miembros más intelectualizados del DR habrán leído a José Martí, Enrique José Varona, Julio Antonio Mella, Emilio Roig, y estarían muy influidos por Antonio Guiteras, muchos de cuyos textos inéditos y cuya memoria les serían allegados por colaboradores cercanos de Guiteras como Carmen Castro y Ayda Pelayo, así como por la lectura de Diálogos sobre el destino, de Gustavo Pitaluga, y los textos de José Antonio Ramos, Raúl Roa, Rafael García Bárcenas, Fernando Lles y Medardo Vitier.
El apego a la constitucionalidad, típico del consenso surgido de 1940 —aunque esa era una idea fuerte de la cultura política cubana en general—, guió desde 1952 las demandas de quienes serían luego miembros del DR. La evolución ideológica experimentada por este organismo con el decurso de la lucha, al modo en que la había experimentado el DEU de 1927, que llevó a este del combate por reivindicaciones estudiantiles hasta la propuesta de un “total y definitivo cambio de régimen» en la década de 1920, condujo al sector de la FEU que crearía el DR a repudiar tanto el 10 como el 9 de marzo, esto es, a hacer la denuncia integral del status al que habían conducido doce años de reformismo republicano.
La Carta Magna de 1940, una de las más avanzadas dentro de las constituciones promulgadas en su época, constituía el resultado de un equilibrio representativo de las fuerzas fundamentales del registro político cubano y así pudo inscribirse en la corriente del constitucionalismo social —de ahí que sancione en su parte dogmática los derechos económicos, sociales y culturales— anexa a la ideología del Estado de Bienestar.
A la altura de 1956, las causas de la inoperancia de la Constitución de 1940 para resolver los problemas nacionales iban más allá de los límites del reformismo cubano —con su enunciado de ampliar la distribución del ingreso sin afectar las bases económicas del sistema—, sino apuntaban hacia la crisis estructural de la política, hacia la fase crítica de la «frustración republicana», constatación que recorría una zona amplísima del arco ideológico nacional.

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