En la mañana del 13 de febrero de 1940 varios ciudadanos fueron apaleados por las autoridades cuando protestaban por la entrada de personas no autorizadas a la celebración de la Segunda Sesión de la Convención Constituyente celebrada en el Capitolio de La Habana.
“Sin otra cosa que la voz que el pueblo tiene para hablar, las masas populares fueron apaleadas vergonzosamente ante el recinto en que se van a sentar las bases de una futura democracia que no tenga las lacras de violencia, de injusticia y atropellos para los hombres de pueblo que han tenido “la democracia” que hemos sufrido hasta ahora”, expresó el delegado Salvador García Agüero al comienzo de la reunión.
Por otro lado, el funcionario expresó que “es justo que las masas populares penetren en este lugar para reconocer y saber cómo se producen sus delegados y de qué manera se tratan sus problemas” , recordó la entrada ventajosa de algunas personas e hizo un llamado a la justicia y la defensa de los intereses del pueblo por parte de las autoridades.
La delegada Alicia Hernández de la Barca también se sumó a las declaraciones de García Agüero.
La sesión, presidida por Antonio Bravo Correoso y como secretarios Salvador Acosta Casares y Eusebio Mujal Barniol, acordó fijar la mesa definitiva para el siguiente día con el objetivo de restar tiempo.
El delegado Rafael Guas Inclan expresó, por su parte, que “se necesitan menos palabras y más hechos y los cuatro Partidos que forman la mayoría de la Comisión Constituyente estamos obligados a darle a Cuba todo el patriotismo que dieron en los campos del 68 y 95”.
Se trató el tema del local y el respeto a los derechos del 68 que no respondieron a los intereses de las naciones extranjeras. La sesión terminó a las 11:50 am con el orden del día agotado.
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