jueves, 29 de diciembre de 2016

Centro d restauración

Me pareció una interesante idea la visita al centro de restauración puesto que es muy importante para un historiador conocer como se restauran muchos objetos que se usan en la vida cotidiana de un historiador y en cada centro laboral donde podemos ejercer mayormente un museo,y otras intalaciones

Visita al museo de la defensa

La visita al museo de la defensa me resulto muy interesante puesto que es una muestra de patrimonio intangible y tangible.Considero una excelente idea vincular esta temática a las nuevas tecnologías para hacer mas amena la historia para todo aquel que se concidere cubano y le interese esa parte de nuestra realidad que lo constituye las agresiones de Estados Unidos.excelente viaje!!😍😍😍😍

miércoles, 21 de diciembre de 2016

almacenes San José

RECORRIDO 1

Los Antiguos Almacenes de Depósito San José, convertidos hoy en día en Centro Cultural, se encuentran situados en la Avenida del Puerto en la intersección de las calles Cuba y Habana en La Habana Vieja. Una edificación que data de mediados del siglo XIX, que gracias a su restauración se abre como Centro Comercial de una riquísima variedad de objetos artesanales y artísticos que junto a excelentes ofertas gastronómicas hacen del lugar un agradable espacio para el esparcimiento y la recreación.

Estas naves fueron creadas en el año 1887 como depósitos para almacenar azúcar en cajas, aguardiente en pipas, arroz en toneles, medias y sacos; café en sacos, cera, ladrillos, máquinas de vapor para ingenios, pacas de algodón, tabaco en rama y tachos, entre otros productos.

Los Antiguos Almacenes de Depósito San José además de ser un gigantesco bazar donde se comercializan obras de creadores cubanos contemporáneos entre ellas pinturas, esculturas, grabados, artesanías, vestuarios, calzado artesanal, joyería, muebles, y muchos objetos relacionados con la cultura cubana, se convierte cada día en un agradable lugar de sano entretenimiento donde predominan las más auténticas raíces cubanas.

Las monumentales naves que componen el almacén fueron erigidas en 1885 por el arquitecto Adolfo Sáenz Yáñez, junto a un innovador muelle en el cual los vapores y goletas podían atracar y ahorrarse los gastos de la carga y descarga con lanchas. En su construcción se utilizaron más de 3.000 toneladas de estructuras de acero fundidas en Bélgica y hormigón y cantería por valor de 3.000.000 de pesos de la época. El enorme almacén cambió por completo La Habana, ya que liberó la vía pública de más de un millón de viajes de carretas que transportaban las mercancías a las casas señoriales de la ciudad, que en ese entonces se utilizaban como almacén de los productos que se importaban y exportaban. El espacio disponía de líneas férreas propias que lo conectaban con otros muelles. A pesar de su cercanía al mar, esta obra maestra del patrimonio industrial habanero ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado de conservación.


Tahidi,Alba, Roger, Amado, Julio, Nataly

sábado, 17 de diciembre de 2016

Fin del semestre en Periodismo

¿Quién lo hubiera dicho? Que el semestre se acabaría tan rápido. Para este miércoles 21 de diciembre ya terminamos. A ti que lees este blog, a ti que has preguntado o respondido en el mismo durante estas semanas, te invito a que dejes tus comentarios sobre cómo ha sido este semestre de Historia de Cuba para ti, qué has sentido, qué vivencias has tenido, qué has (des)aprendido, en fin... lo que quieras comentar....
¡Dale! Tu criterio vale la pena
Abrazos,
Roque
 
De hecho, para hacerlo de una manera distinta, te invito a que rellenes esta carta... ¿Cómo? Dale "copia y pega" (Ctrl+C y Ctrl+V, por esta vez es permitido) y cópiala en los comentarios (puede ser anónima) y llena los espacios en blanco. (no te guíes por el tamaño) ¡Gracias!
La Habana; diciembre, 21 de 2016
A:
De:
Te escribo porque hoy terminamos la asignatura Historia de Cuba en nuestro grupo. Cuando comenzó el curso y leí que iba a dar Historia de nuevo, pensé ________________________________; ahora que ya pasó pienso ___________________________________. De hecho, al iniciar el semestre me había propuesto ___________________________________________________________________. De todo eso creo que logré _______________________________________________________; pero me quedé en deuda con __________________________________________________________.
Llegado este momento te debo decir que lo que más me gustó de esta asignatura fue ___________________________________________________; pero lo menos agradable fue ____________________________________________________.
Yo le recomendaría al profe que hiciera de nuevo __________________________________________, pero que no se le ocurriera repetir _______________________________________________________; porque __________________________________________________________________________.
Si me preguntaras si estoy aprendiendo te diría _____________________________________________________________, porque ________________________________________________________________________. De hecho, en estos meses también he desaprendido _____________________________________________________. Para mi futura profesión como periodista, esta asignatura me ha servido _________________________________________, ya que _____________________________________________________________.
El profesor, a sugerencia de alguien del grupo, creó un blog; a mí me pareció una idea _____________________ porque ____________________________. Yo en ese blog _________________________________________________________________________________; creo que le recomendaría al profe sobre el blog y sobre #Facebook que ______________________________________________________.
Si tuviera que evaluar a mi grupo diría ___________________________________________; al profesor lo evaluaría (con toda sinceridad y justicia) ________________________________________, y yo misma (con más sinceridad y justicia todavía) _____________________________________________.
En fin; tendría otras cosas que contarte, como _____________________________________.
Ahora que todo termina y pienso en #Historia_de_Cuba, la palabra que me viene a la cabeza es _____________________________.
Me despido, con un abrazo;
_______________________________________

miércoles, 14 de diciembre de 2016

La Universidad de La Habana en Fidel. Fidel en La Universidad de La Habana. Una relación directa, infinita e inolvidable

Maité Mezquía
La Universidad de La Habana, una de las primeras universidades españolas
con sede en América es hoy, con casi tres siglos de existencia, más joven
que nunca porque con cada centuria que pasa es remozada, gracia a que la
juventud que ella recibe cada año, pues hace que en ella florezcan mucho
más que conocimientos, hace que prosperen esperanzas y sentimientos puros.
Esta afirmación se debe a que dicha casa de altos estudios no solo atesora
gran parte de los momentos decisivos de nuestra historia, siendo testigo
del tiempo y del progreso que ha experimentado la sociedad cubana, sino el
honor de haber educado a grandes cubanos, protagonistas, entre otras
tareas, de nuestras gestas libertadoras.
De sus aulas salieron, entonces, los que escribieron la historia reciente
de la nación cubana, una de la que nos sentimos plenamente orgullosos.
Elementos todos que la han convertido en un patrimonio invaluable de la
nación cubana. Claro está, que además la considero como tal porque quien
no se ha sentido abrumado con la imponencia de su altura respecto al área
metropolitana que la rodea o con la majestuosidad de su escalinata
coronada con un alma mater que nos llama a sus brazos, que nos toca el
alma y nos hace querer, más allá de nuestra vocación, estudiar ahí.
Tal y como la conocemos hoy es producto de todo ello y, sobre todo, a la
herencia que nos legó un convulso siglo XX que la engrandeció estructural
y culturalmente. Fue precisamente en ese siglo, por allá por el mes de
septiembre del año 1945 que a sus aulas ingresa un muchacho desconocido y
sencillo que se convertiría en el uno de los hombres más grandes del
siglo, y al que hoy no solo admiramos sino añoramos.
Con solo 19 años Fidel Castro Ruz matricula y comienza la carrera de
derecho, como uno de los pocos que podían acceder a la matrícula, pero que
como muchos en estos años se hizo revolucionario, una expresión que le
hemos escuchado decir varias veces e incesantemente repetida por fuentes
de todo tipo: "fue aquí donde me hice revolucionario y martiano."
Es a este tema, entonces, al Fidel estudiante universitario, al que va
dedicado estas palabras, que pretende resaltar la influencia que ejerció
en el líder de la Revolución Cubana su paso por la Universidad de La
Habana. Pese a que muchos han hablado de esta cuestión, mi intención surge
de ese objetivo, pero se conjuga con la necesidad de aportar más ideas a
un tema tan rico, sensible e interesante sobre este gran hombre.
Muchos historiadores, entre ellos la Dr. Francisca López Civeira,
coinciden en afirmar que esos fueron tiempos difíciles no solo para la
prestigiosa institución universitaria sino para toda Cuba, que luchaba
contra la tiranía de gobiernos corruptos, gansteriles y reaccionarios.
Pues en el año 1944 asume la presidencia Ramón Grau San Martín y esta era
la única Universidad del país. Con Grau entran al Gobierno otras
personalidades vinculadas a la vida universitaria, lo cual había generado
muchas expectativas. Pero cuando entra Fidel, la Universidad ya se le
había empezado a hacer críticas a su gestión, así como también se había
iniciado la Guerra Fría y el lenguaje anticomunista penetra en este
centro.
Quizás por ello, el rebelde joven, que nació rebelde y seguirá siendo
rebelde, al que nos referimos se siente motivado a cambiar la situación,
estando desde esos años su vida completamente ligada al proceso
revolucionario cubano, porque es él el principal inspirador del pasado, el
presente y el futuro de la nación cubana.
Debido a su comprensión de la necesidad del momento histórico está en
primera fila en mítines, manifestaciones, protestas, bien sea como
participante, activista, orador o promotor. Es así que conoce a varios
militantes de la Juventud Comunista, entre ellos, Flavio Bravo, Raúl
Valdés Vivó y Alfredo Guevara. Por tanto, tampoco tardó en iniciarse en la
dirigencia de la FEU y en oponerse tenazmente a la elección del favorito
del gobierno de Ramón Grau para presidir la organización estudiantil.
Bajo dicha circunstancias su vida académica, se extendió hasta septiembre
de 1953 cuando, con 24 años, le es otorgado el título de Doctor en
Derecho, y se puede seguir a través del expediente A-1308 que le acompañó
a lo largo de su carrera. Ese lapso de tiempo es el que acelera la
maduración de ese pensamiento político del que vengo hablando, cuyo
aprendizaje incluyó, también, la rama social, económica y el crecimiento
ideológico, todo gracias a una lectura perenne de incontables obras, algo
que va a seguir haciendo, incluso, en momentos difíciles de su vida. Es en
la Universidad donde descubre su verdadero destino y reconoce las cosas
que hay que cambiar, un cambio que con el tiempo va a concebir como una
transformación que debe hacer toda la humanidad.
No obstante, a que dicha institución educacional era muy conflictiva,
Fidel fue un alumno que ingresó lleno de objetivos y ávido del contacto
con las personas preocupadas por los problemas de "La Colina" y la lucha
contra la "corruptela pública". El joven Fidel llega a la convicción de
que hace falta luchar y luchar bien. Por consiguiente su actitud desde la
casa de altos estudios se tornó en extremo peligrosa para su vida, lo cual
le valió presiones físicas y amenazas muy fuertes, incluso de muerte, por
parte de la mafia que controlaba la institución, llegando a prohibirle la
entrada al centro. Así pues, dispuesto a enfrentar tamaña situación volvió
a la Universidad, y comenzó él mismo llamara su "primera y peculiar lucha
armada contra el gobierno y los poderes del Estado".
Mucho se ha y he hablado, entonces, de lo que significó la Universidad
para él, sin embargo él después de la Revolución transforma a la
Universidad, le da su sentido democrático, le da pleno acceso a las masas
populares, se llevan los estudios universitarios a todo el que lo desee,
dándole una vocación social al sentido humanista que adquiere Fidel, como
antes mencione, durante sus años en la Colina.
Por eso no hay nada más explícito que sus mismas ideas cuando expresa que
en la Universidad de La Habana libró muchas batallas con toda la
persistencia necesaria, pero lo más importante fue la conexión que se
estableció entre la juventud y la Revolución, un vínculo que hay que
cuidar mucho, porque "Les pido que sean baluartes inconmovibles de la
Revolución, baluarte que no se rinde ni claudica jamás".
Conmovida con todo lo que estas letras han removido en mí, recuerdo que
cuando niña siempre que pasaba la calle San Lázaro le decía a mi mamá yo
un día voy a estudiar allí y ella se reía mientras decía: es cierto y vas
estar orgullosa de eso. Mi mamá realmente no se equivocó y hoy me siento
muy orgullosa de haberme graduado de la carrera de Historia, con lo cual
las penurias y las noches en vela quedan olvidadas por la satisfacción del
deber cumplido. Pero muchísimo más orgullosa me siento de ser cubana y del
hecho de haber realizado este trabajo en homenaje a un hombre eterno,
porque con ello he celebrado la existencia de la Universidad de La Habana,
de la Revolución Cubana, que le ha dado tanto a la juventud, así como
también he contribuido a que nunca se olvide la existencia de "un fuera de
serie" llamado Fidel Castro.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Una experiencia singular de educación patrimonial (un forodebate)

Hola a todas y todos:
Hoy tendremos un forodebate de otro tema: la educación patrimonial.
Las amigas y amigos de Patrimonio –PEU de la Universidad Jaume I de
Castellón, han accedido a conversar con nosotras hoy para responder
algunas preguntas y comentarios sobre la educación patrimonial del
otro lado del Atlántico, qué comprendemos como educación patrimonial,
cuáles desafíos son comunes, en fin… compartir la experiencia.
Para comenzar el debate, Ángel Portelés (nuestro invitado), nos ha
sugerido hacer link en los enlaces siguientes:
Para tener una visión general del proyecto:
Para tener un punto de partida del modelo de acompañamiento de proyectos:
Una entrevista sobre uno de los grupos de Patrimoni: el grupo de Viver
La Asamblea de Grupos y el taller Colaborativo Interdisciplinar
TCIViver como ejemplo de metodología creada por Patrimoni-PEU como
respuesta a las necesidades planteadas por los grupos.
Un proyecto que acaba de comenzar ahora y que puede ser muy interesante:

Así queda abierto el debate… ¡Veamos!

lunes, 5 de diciembre de 2016

Momentos con Fidel


La Revolución cubana es imposible de escribir sin mencionar a Fidel Castro, Fidel… Da la triste coincidencia que cuando nos abocábamos al estudio de esta personalidad histórica en la Revolución de 1959, “cambió de paisaje” (según Alí Primera). No obstante, tenemos el deber de su análisis en nuestro grupo, por eso aquí dejo, para reflexionar, discutir, disentir, buscar otros argumentos y tomar posicionamiento los siguientes materiales:

El contenido revolucionario y político de la autoridad carismática de Fidel Castro, un artículo de Nelson Valdés. Publicado en la Revista Temas, de Cuba es un abordaje muy interesante sobre la personalidad de Fidel Castro, hecho hace varios años, pero que conserva todo su potencial de análisis. Se examina la importancia de la dirección de Fidel Castro en el proceso complejo y cambiante que recibe el nombre de Revolución cubana.

Una mirada rápida al futuro sobre Cuba, de Aurelio Alonso. Escrito en 2006, antes de la Proclama del Comandante en Jefe. Otra mirada interesante para este momento.

Y en eso se fue Fidel¸ de Santiago Alba Rico. Acaba de ser escrito, a propósito del fallecimiento de Fidel Castro. Muy bueno para comparar con los dos anteriores.

Fidel Castro: A Life— and Death— In Context, de Louis A. Pérez Jr. Un artículo (en inglés) que nos trae una visión complementaria de los anteriores, por alguien que conoce bien a Cuba y sus relaciones con Estados Unidos.

Además les recomiendo, aunque lo veremos en el grupo, los siguientes materiales audiovisuales:

Cuba, caminos de Revolución (capítulo 7). “Momentos con Fidel”¸  de Rebeca Chávez (Icaic, 2004)

Cien horas con Fidel, la película¸ de Ignacio Ramonet (TV francesa)

Los espero con sus preguntas y comentarios…

domingo, 4 de diciembre de 2016

Tony el pinareño

"Tenemos hoy la tarea, siempre triste, de recordar a los muertos; a los muertos que cayeron de frente, buscando un mundo que no vieron nunca cristalizar."
Ernesto Guevara de la Serna

Si hubiera tenido que morir de forma natural, y si la salud se lo hubiese permitido, haría pocos días que hubiésemos celebrado el cumpleaños 110 de Tony.
Y si no lo hubieran traicionado aquel día en el Morrillo, o el año 1935 no hubiese sido pura efervescencia revolucionaria contra la tiranía, todavía podríamos contar con uno de los hombres más extraordinarios que han muerto por la vida, por Cuba.
Por suerte para nosotros y para el matancero Calixto Guiteras y la norteamericana Marie Theresa Holmes, sí hubo un 22 de noviembre de 1906 en Pensylvania, Estados Unidos, y Antonio Guiteras pudo llegar a un mundo que se dedicaría a trasformar.

El intenso frío del país del Norte fue el responsable de que el padre decidiera regresar a Cuba cuando Tony no cumplía aún los 7 años. Lo que no imaginó Calixto fue que aquella decisión iba a tener un considerable impacto en la Historia Nacional, porque el pequeño niño aprendería a querer profundamente a Cuba, a los héroes de la lucha independentista, a los valores del pueblo cubano y lograría una visión realista del nefasto sistema Neocolonial impuesto por el imperialismo yanqui.

La casa
Ya para el año 1914, después de vivir un año en Matanzas, la familia Guiteras se instala en la ciudad de Pinar del Río. El padre llegaba a desempeñar interinamente la cátedra de francés, ll Curso, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río, en cuyo claustro enseñaban profesores de altísimo nivel y autoridad moral. Situación que le permitiría a la familia tener una vida más desahogada al pertenecer al sector medio de la sociedad.
Al llegar a la más occidental de las provincias, la familia se establece en la calle Retiro # 254, próximo al lugar donde vivía Indalecio Sobrado, gobernador provincial. Poco tiempo después se trasladan a la calle Virtudes (hoy Ceferino Fernández) en la casa # 53 casi esquina Rosario, con el nombre actual de Ormani Arenado.
En ese mismo afán de permutar, marchan nuevamente (y definitivamente), a la casona de la calle Maceo, donde radica actualmente el museo que perpetua la memoria de Guiteras. La familia necesitaba una casa amplia con las condiciones necesarias para el desenvolvimiento de los niños y la realización de las acostumbradas actividades sociales.
Por esos días, un niño del vecindario, Alfredo Herrera Quintans, tuvo un encuentro que formaría una amistad de por vida. "Una tarde yo iba a jugar a un solar, y por el camino vi que en el portal de la casa que hacía unos días estaba desocupada, jugaban unos niños de mi misma edad (7 u 8 años). Me asomé para reconocer a los extraños del barrio y me di cuenta de que hablaban un idioma que no era el castellano, me arrimé a la baranda de la casa a examinar unos juguetes, que aquí no eran conocidos, entre los que estaban una carriola de color negro totalmente de acero. En ese momento el niño, Tony, me habló perfectamente en mi idioma y me invitó a jugar con ellos, y le pidió la carriola a su hermana Margot para que yo la montara".

El adolescente
Desde la infancia el joven Guiteras demostraría una gran inteligencia y aglutinaría a su alrededor a muchos amigos.
La convivencia con vecinos en diferentes lugares de la ciudad de Pinar del Río, permitiría a Guiteras y sus hermanos tener mayores relaciones sociales, las que contribuirían a forjar profundos sentimientos de amor a Cuba y en especial a la capital vueltabajera.
En esta ciudad de las primeras décadas de la República, que tenía una fisonomía diferente a la actual y con menos movimientos de personas, estudiaría Guiteras desde la primaria hasta el bachillerato.

Cuso Herrera fue otro de los pinareños que tuvo la suerte de compartir con él. "Su indumentaria en los días que lo conocí era la usual de los muchachos de aquella época: pantalón corto y camisa de bombache con medias largas. Cuando ingresamos en el Instituto, usábamos invariablemente saco y corbata, hasta los 15 o 16 años que nos poníamos los pantalones largos. A muy poco tiempo de conocerlo comenzó a usar unos espejuelos de aros blancos a fin de corregir el estrabismo que padecía y que con el tiempo eliminó totalmente. No hubo apodo más que el de "Tony", aunque algunas veces al referirnos a él lo hacíamos llamándole "el americano". Sus juegos infantiles preferidos eran la natación, correr distancias largas y tirar cuchillos y flechas con arcos"

Como es de sospechar en un muchacho tan inteligente, no pasarían inadvertidas para sus ansias de conocimientos las zonas aledañas a la ciudad incluyendo bosques ríos y las no lejanas montañas de la cordillera de los Órganos.
Amante del campismo, frecuentaba distintos lugares de los alrededores del municipio pinareño, entre ellos; el Hoyo del Guamá, un lugar conocido por Caobilla, la laguna de San Mateo y hasta el lugar donde se sumerge el río Cuyaguateje.
En Caobilla, junto a otros compañeros de estudios, pasó una semana en pleno campo. Ahí comían lo que cazaban y pescaban con el que fuera durante muchos años profesor de Historia Natural del Instituto de Pinar del Río, el Dr. Juan Tomas Roig. Las excursiones de campismo junto a sus compañeros eran a caballo, aunque al decir de sus compañeros era un pésimo jinete.
La práctica del tiro era también una de sus principales aficiones, las que combinó con la equitación, y otros deportes.

Cuso Herrera pudo describirlo bien: "Toni, desde niño, era demasiado alto para su edad, muy delgado, un tanto desgarbado y, ya mayor, usaba espejuelos de aro negro; un mechón de sus cabellos caía constantemente sobre la frente y su cutis era muy blanco; usaba sombrero de pajilla un tanto echado sobre las cejas; caminaba a pasos largos y con un hombro ligeramente caído; pocas veces reía a carcajadas aunque sonreía muy frecuentemente con cierta dulzura; hablaba poco, lentamente en tono bajo; carecía de prejuicios raciales y de toda índole. Era zurdo; de un valor personal rayano en la temeridad; le gustaban las aventuras y los peligros aún hasta en los juegos; un hijo respetuoso de sus padres; un amigo sincero y leal; generoso en extremo; aseado hasta la pulcritud; sus ideas políticas eran de un radical nacionalismo y extremo antimperialismo. Era ateo y anticlerical convencido. Durante su vida pinareña no tuvo novia alguna. En La Habana tuvo una, ya graduado de Farmacéutico que se nombra Delia Rodríguez, con la que se casó".

El joven

En 1919 comenzó el curso preparatorio para ingresar en el Instituto de Segunda Enseñanza, en el cual terminó sus estudios luego de cuatro años de demostrar una excepcional capacidad intelectual y de destacarse en las luchas del movimiento estudiantil vueltabajero, que pugnaba por defender sus derechos ante el sistema educacional imperante en Cuba en aquel período.

Le gustaba tanto experimentar que en su propia casa instaló un laboratorio donde realizaba pruebas y ensayos. Esta actitud era poco común entre estudiantes de segunda enseñanza de aquellos años. Y justo en aquellos años, 1924, se graduó de bachiller y a la vez obtuvo el título de Agrimensor y Perito Tasador de Tierra.

Las calles de Pinar del Río convulsas en varios períodos de la República Neocolonial fueron testigos del movimiento opositor a los gobernantes de turno y en defensa de las mejoras sociales. Tony dejó su impronta combativa en esta ciudad, sin poder prever que en pocos años se convertiría en el principal enemigo del imperialismo y la reacción interna.

Y Cuso Herrera sigue entretejiendo anécdotas "Seguimos nuestras luchas contra Machado y cuando se empezó a incubar "la prórroga de poderes", volvimos a esta ciudad a dar lo que llamábamos "tángana", y la hicimos en el Parque de Independencia al terminar la retreta que amenizaba la banda militar y que terminaba siempre con el Himno Nacional. Ya conjurados en el plan y regados por distintos lugares del parque, cuando Tony dio el primer grito de "¡abajo la prórroga!" que coreábamos los demás, se formó la natural alarma que se acrecentó cuando fuerzas del ejército, ya sobre aviso y estacionadas detrás de la Colonia Española, irrumpieron en sus caballos dando plan de machete. Corríamos delante de los soldados gritando contra la prórroga de poderes.
El estudiantado siguió en la lucha y al fundarse el Directorio Revolucionario, Tony fue designado por los alumnos de la Facultad de Farmacia para integrarlo, luchando denodadamente hasta el año 1927 que terminó su carrera.
Guiteras tenía un concepto del honor y del deber muy maduro para sus años, pues desde niño siempre fue esclavo de esos sentimientos. Si pedía a alguno de nosotros un peso prestado solo le exigíamos que diera su palabra de honor de que lo pagaría y eso no fallaba nunca. En cierta ocasión dimos nuestra palabra de reunirnos a las 5 de la tarde para irnos al río a bañarnos y cerca de la hora se desató un aguacero torrencial, por lo que el resto de los citados no concurrió al lugar de la cita. Al poco rato, Tony pasó frente a mi casa, calado hasta los huesos y al pedirle que me explicara su conducta ante tal tiempo, me dijo que había dado su palabra de honor y la cumplía."

En el año 1927 cuando concluye su carrera de Doctor en Farmacia, Machado maniobraba para prorrogar su poder como presidente, lo que sería rechazado por los estudiantes y el pueblo en general.

A partir de este momento trabaja en Pinar del Río, en el laboratorio de Enrique Ubieta y después establece uno de su propiedad, hasta que en el primer trimestre de 1929 recibe ofertas de trabajo en La Habana, en una sucursal que tenía en Cuba un monopolio farmacéutico norteamericano. Toda su familia siguió sus pasos.

El gobierno de los 100 días, donde pudo impulsar muchas medidas de beneficio popular y antimperialista sería una prueba para el joven revolucionario, mientras que el imperialismo se retorcía de rabia por la osadía de retarlo.

Después del gobierno de los 100 días, Guiteras tiene que vivir en la clandestinidad. Su empeño revolucionario se fortalece y madura mucho más desde el punto de vista político, convirtiéndose en la figura que tuvo una apreciación correcta sobre la revolución cubana y las vías para llevarla a cabo.

Con la creación de la Joven Cuba en 1934 Tony pretendía contar con la organización política y el brazo armado de la revolución democrática y antiimperialista que pretendía llevar a cabo en el país.

Su pensamiento revolucionario, de avanzada para la época en la Isla y en plena maduración política, es expuesto en los lineamientos teóricos de la Joven Cuba.

El beso de Judas

A Tony lo traicionaron. Fue un hombre, Carmelo González. Quien, igualmente, era pinareño.
Cuso Herrera contó la historia. "Carmelo González, residió durante mucho tiempo en la vecindad de Guiteras, y fue su compañero de juego en la niñez. Sin embargo, Carmelo, un poco menor que Tony, vivía con sus padres en el kilómetro 1 ½ de la carretera a La Coloma; pero los abuelos paternos y sus tías y tíos vivían en la misma cuadra, marcada con el número 10 oeste y como eran muchos hermanos, él y su hermana Angelita vinieron a vivir a la casa de sus abuelos. Muchachos de la misma cuadra, nos conocimos todos durante nuestros juegos y como él se pelaba al rape le decíamos Pelón y así pasaron los años.
Tony, Ricardo Rodríguez y yo fuimos a estudiar a La Habana y cuando el ciclón de 1926, me encontré una noche con Carmelo en la esquina de Neptuno y Belascoain y me contó que había ido con un grupo de empleados del correo a llevar la correspondencia a La Habana. Antes de irnos sabíamos que Carmelo había sido colocado como mensajero de telégrafos, así que no me extrañó el hecho que me contaba. A Carmelo le encantó La Habana, a pesar de que aún tenía zonas oscuras y estaba materialmente destruida. Tanto que la halló muy bella y me dijo decididamente que se quedaba a vivir allí. Al poco tiempo lo encontré con el uniforme de la Marina de Guerra, donde se había alistado".
"Después que Tony fue a vivir a La Habana yo había perdí el contacto con él; solo recuerdo haberlo visto en uno de mis viajes a esa ciudad, que fui como abogado. Cuando la caída de Machado y después del régimen de la pentarquía, al ser designado Ministro de Gobernación y de Guerra y Marina, Tony me envió varios recados de que quería verme; pero yo estaba de juez suplente en Los Palacios y no podía abandonar el lugar que estaba muy convulsionado. Un día al fin fui a verlo a la Secretaría de Gobernación que estaba en la calle Tacón, y pude encontrarlo enseguida pues su secretario era nuestro amigo Tulio Díaz. Al distinguirlo me sonrió y me pidió un cigarro, yo le dije que si a pesar de ser Secretario de Gobernación seguía picando cigarros, él sonrío y nos abrazamos."
"Ese día que lo visité me encontré con Carmelo que estaba sentado en un banco en los bajos del Ministerio esperando que Tony le firmara sus ascensos a Teniente de la Marina, pues Carmelo tenía actuación revolucionaria contra Machado, ya que participó en una conspiración de la Marina por lo que guardó prisión.
Esta fue la última vez que vi y hablé con Tony Guiteras".

Con la idea de preparar una invasión armada Tony se aprestaba a salir del país. Selecciona el Morrillo, último lugar en el que permanecería vivo, esperando la llegada del yate Amalia, que lo recogería para llevarlo a México junto con otros compañeros de la Joven Cuba.
Y por desgracia, también hubo un 8 de mayo de 1935, y a Carmelo no le alcanzó la hombría y lo delató. Guiteras, nuestro Tony, fue rodeado por tierra y mar. Junto a él estaba Carlos Aponte y otros revolucionarios. Decidió pelear aun cuando las fuerzas eran desiguales. "Los que quieran que me sigan", dijo. Pero no pudo completar su acción pues el ejército de la tiranía le cobró la vida antes.

Cuso Herrera pudo sentenciar que "tiempo después, la acción de Carmelo es sabida. Tony, confiando en una amistad desde de la niñez, quiso que le propiciara la salida por Matanzas, donde él era jefe de un Apostadero Naval. Carmelo denunció el hecho a Batista y Tony fue muerto en el Morrillo.
Al año de la muerte de Tony, una bomba enviada por correo, como un regalo de su boda reciente, destrozó a Carmelo materialmente".


Nota:
En este trabajo están presente datos aportados por las investigaciones del periodista e historiador pinareño Jorge Gorgoy.
El testimonio de los pinareños íntimos amigos de Tony es fruto de una investigación realizada por Wilfredo Denie Valdés, encontrada en http://www.convivenciacuba.es/index.php/historia-mainmenu-54/61-antonio-guiteras-un-ciudadano-de-pinar-del-ro
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lunes, 21 de noviembre de 2016

Para vivir, por Nga Tran Thu

Julio César González nos propone: la propaganda es un fenómeno social que se caracteriza precisamente por su complejidad, por los innumerables factores que en ella influyen. La influencia de la propaganda revolucionaria se basa en el convencimiento mediante la argumentación razonada y el análisis multifacético y profundo de los hechos de la vida social. (González, 1981: 6)
La figura, la personalidad y el pensamiento de Fidel Castro, resultan sumamente atrayentes, por lo cual el estudio de su obra implica un gran reto para el investigador pues mucho se ha dicho y escrito sobre ella. Además, prestigiosos intelectuales nacionales e internacionales han abordado aristas de la vida martiana con un alto grado de profundidad.  Historia me absolverá como un resumen de la historia de Cuba, en el documento. Un encuentro con  Adays , profesora en la Facultad de Lengua Extranjera , nos permitió conocer cómo se piensa y su opinión sobre cuáles son las ventajas y desventajas del mismo.
¿Cuál su opinión de La Historia me absolverá?
Cuando se habla de la labor propagandística de Fidel se hace indispensable mirar con especial atención su quehacer periodístico, al que consagró un tenaz esfuerzo; y si hubiese tenido que especificar su profesión, hubiese puesto, indudablemente, periodista. Porque esa fue, en definitiva, su más constante profesión, su labor profesional, su trabajo de sustento. En ella encontró una ocupación que muchas veces le permitió, al mismo tiempo que divulgar hacia una mirada global su ideología revolucionaria, asegurarse el sustento, aunque humildemente; sobre todo en relación con la cantidad de publicaciones que se beneficiaban produciendo sus crónicas. Lo que constituiría verdaderamente su comienzo consagrado en el periodismo militante giró en torno a los requerimientos y perspectivas mejores para la liberación de su historia.
Su propaganda no era solo para lograr fines revolucionarios para Cuba, sino una buena parte de ella era para América Latina y para la humanidad. Los grandes revolucionarios han sido siempre los abanderados de este tipo de clasificación. Una de las principales tareas y uno de los mayores logros en la vida revolucionaria de Fidel fue precisamente su intensa actividad propagandística. Los acusados de participar en los sucesos del 26 de julio de 1953 fueron juzgados en la Causa No. 37 de ese año, que se inició el lunes 21 de septiembre. El Palacio de Justicia santiaguero fue la sede de un juicio nunca antes visto.
¿Qué significa Historia me absolverá para usted?
No solo un documento; es un análisis sobre la historia de mi isla. Tenía mucha preocupación sobre los crímenes cometidos con los asaltantes y los problemas sociales que afectaban al país.  Yo pude conocer las medidas que iba a tomar la Revolución una vez que triunfara. También me entendí   el pensamiento martiano y la historia de nuestra patria.
¿Cuáles son los problemas a los que se enfrentan los pueblos cubanos en estos tiempos?
Fidel Castro marca los males de la Cuba de entonces, resumidos en seis problemas fundamentales : El problema de la tierra , el problema de la industrialización , el problema de la vivienda  ,el problema del desempleo , el problema de la educación , el problema de la salud , Entre las cuestiones principales destacaba:[1]
·         El 85% de los pequeños agricultores cubanos pagaba renta y sufría la amenaza perenne del desalojo cuando más de la mitad de las mejores tierras estaban en poder de compañías extranjeras y una gran proporción de la población era analfabeta.
·         400.000 familias del campo y la ciudad vivían hacinadas y casi dos millones y medio de la población urbana pagaba altos alquileres por las casas que ocupaban.
·         El 90% de los niños del campo eran devorados por los parásitos.
·         La existencia de más de un millón de desempleados.

¿Qué es lo más importante de este documento para usted?
Entre los aspectos de gran importancia que están presentes en la monumental obra martiana se destaca la propaganda, la que fue un instrumento de gran alcance y que fuera utilizado por el prócer cubano, como una de las formas más efectivas en su infatigable labor revolucionaria.  En este la cercanía de la guerra implicaba una urgencia en los mensajes.
Cuando hablamos de Fidel se genera siempre un cúmulo de opiniones, a favor o en contra. Por no entender el poder buscó, todas las formas de minimizarlo junto a sus dirigentes, y logró, más allá de su objetivo, convertirlo en un texto de consulta por su valor histórico, controversial, su originalidad, y por constituir un ejemplo del buen líder a nivel mundial.



[1]https://pinerosenbatalla.wordpress.com/a-60-anos-de-un-juicio-historico/

La Revolución Cubana... el parteaguas...

¡Hola!
Ya continuamos con el análisis de la Revolución Cubana, el parteaguas más importante de la historia contemporánea de la isla. Para comenzar, te dejo un grupo de artículos que servirán para reflexionar sobre este proceso y sus luces, sombras, avances, retrocesos, contradicciones, entre otros aspectos.
Espero tus preguntas y comentarios.
"Nombrar la Revolución", de María del Pilar Díaz. Indaga, desde una perspectiva sociológica, en los tropos del lenguaje coloquial y sus funciones, en los nuevos tiempos y espacios fundados por el cambio cultural de la Revolución en los años 60.
"El carnaval de la Revolución", de Pedro Pérez Rivero. El advenimiento de una nueva estructura socioeconómica, de radicales cambios, no podía dejar de tener incidencias, también notorias, en el festejo popular capitalino por excelencia. 
«No éramos aliados de los Estados Unidos». Entrevista a Manuel Ray Rivero. Este hombre fue ministro en el primer gobierno revolucionario en enero de 1959 y luego pasó a la contrarrevolución.
"La constitución del poder revolucionario", de Juan Valdés Paz. Cómo se constituyó y evolucionó eso que se llama poder revolucionario

Phuong Vu Lan nos cuenta...


El trabajo es un cuento imaginario sobre un locutor de una emisión de radio de Cuba, el cual había trabajado en los momentos decisivos antes la Revolución Cubana. Por eso, todos los detalles pueden ser irreales. El trabajo solo para contar algunos hitos en la historia de Cuba, desde 1902 hasta 1959, antes de la etapa revolucionaria.

******

En el segundo año de la carrera Periodismo, tuve un chance de hacer la práctica en la emisión Habana Radio, y conocí a un señor de edad, que fue un locutor de este radio durante la época de la Revolución. Siempre recuerdo a esa tarde que lo vi por la primera vez…

Fue una linda tarde de enero, con un poco de sol y frío corriendo en todas las calles de La Habana Vieja. Terminé el trabajo de hoy y busqué un lugar para recompensar a mí un cafecito y un momento relajado. Me senté en una cafetería en la Plaza de San Francisco y por casualidad, conocí a Alejandro García. Es un señor alto, flaco, de mayor edad. Al ver mi carnet del Habana Radio, me presentó que también había trabajado para este radio en las épocas revolucionarias y hoy, regresó a la emisión para visitar sus colaboradores y su trabajo del aquel tiempo.

Vivía en ese tiempo, y trabajaba como locutor de un radio, él sabe y me contó muchísimas cosas sobre los últimos momentos la Revolución cubana.

“En ese momento, tuve que trabajar todos los días para  escribir, organizar y transmitir las noticias más rápido que posible a la gente. Todo el pueblo en aquel momento escuchaba a la radio. No como ahora, casi todo el mundo tiene televisor, o leen noticias en las páginas web”, el locutor de aquel tiempo me contó.

“El ejército de la dictadura de Batista era superior al Ejército Rebelde en la preparación teórico – militar general. Lo que no tuvieron en cuentas los militares de academia fue que una cosa es la enseñanza recibida en las aulas y otra los conocimientos que la vida práctica brinda. Y sobre todo, que la desmoralización de su ejército sería convenientemente aprovechada por los revolucionarios y convertida en principal factor de su triunfo.[1]

“¿Y usted recuerda algunos discursos de Fidel en aquel tiempo?” – le pregunté a Alejandro.

“El enemigo consideró que había llegado la ocasión oportuna para lanzar nueva y más poderosa ofensiva contra  las fuerzas revolucionarias en las montañas. Y para los combatientes rebeldes, fue uno de los momentos más difíciles. Fidel dijo: “los tres momentos más críticos fueron cuando la dispersión, cuando la traición de Eutimio y, desde otro punto de vista no crítico para la revolución, pero sí como un momento en que pudo haberse dilatado la guerra fue ese que yo te conté de la ofensiva[2]” – dijo Alejandro.

“Mientras tanto, Fidel Castro, con el apoyo del Ejército Rebelde, concibió una audaz idea para la lucha venidera, fue uno de los momentos más destacados en su pensamiento militar”, agregó.

“Señor, durante esa etapa, ¿cuál fue la emisión de radio que también se transmitió las noticias?” – curioseé.

“Radio Rebelde también transmitió mucha información sobre esa época. Yo recuerdo que Radio Rebelde pasó a la Columna 1 y, bajo la dirección de Fidel, se transformó en un poderoso instrumento de la Comandancia General del Ejército Rebelde, no solo desde el punto de vista político – ideológico, sino incluso en la propia conducción de las operaciones militares, lo que en cierto sentido permita afirmar que devino en un centro de comunicaciones del Ejército Rebelde”.[3]

“¿Qué hizo Fidel en el año 1958?” – le pregunté.

“El 8 de mayo de 1958 Fidel le escribía una extensa carta al capitán Ramón Paz Borroto en la que le daba órdenes  muy precisas con relación a la defensa del territorio rebelde: “si el enemigo logra invadir todo el territorio, cada pelotón debe convertirse en guerrilla y combatir al enemigo, interceptándolo por todos los caminos, hasta  hacerle salir de nuevo. Este es un momento decisivo. Hay que combatir como nunca”.[4]

Alejando me hizo recordar al Presidente Ho Chi Minh, también dijo al pueblo que al venir las invasiones, desde niños, mujeres hasta los jóvenes y adultos, tenemos que luchar contra los enemigos con cualquier cosa, y hay que luchar hasta tenemos la libertad.

“Las primeras acciones de esta gran campaña militar se produjeron los días 24 y 25 de mayo de 1958. Este último día, Fidel se encontraba en una reunión con un grupo de campesino discutiendo las condiciones en que podría realizarse la cosecha de café, teniendo en cuenta que el ejército había prohibido el paso de los jornaleros que habitualmente acudían a trabajar en la recogida”.[5]

Alejandro me contó que nunca se le olvida la frase de Fidel sobre la necesidad de preparar el terreno, aun cuando su enemigo inició sus movimientos, lo que El Comandante en Jefe le escribió a Pedro Miret el 29 de mayo: “No descanses en la preparación de la defensa. Cuando los tiros y los aviones comienza es cuando se sabe el valor de este trabajo”.[6]

“Recuerdo exactamente la noticia que di en el 10 de junio de 1958: “El 10 de junio, fuerzas el Batallón 18 del ejército arribaban a bordo de una fragata de la Marina de Guerra y desembarcaron por el lugar conocido por Arroyo de las Cuevas. El mismo día, Fidel le escribía al Che: “Todo parece indicar que el ejército está desembarcando por la costa”. Y terminaba: “Parece que la cosa dura se está preparando. Cuida que los trabajos de trincheras se adelante rápidamente”.[7]

Hablamos un ratico más, y nos despedimos. El señor me dio su contacto para que si me interese en sus tesoros de libros históricos o quiera algunos consejos sobre el trabajo. Siempre tengo muchas ganas de escuchar los cuentos históricos, y en esa tarde, aprendí mucho de él.

Hasta hoy, a veces, pasé por su casa para visitar y escuchar sus historias de Cuba. Gracias a Alejandro, el amor mío para Cuba es cada vez más crecido, me encanta la gente, me encanta el país…

 



[1] La Victoria de la Esperanza 1958, por Martha Verónica Álvarez Mola y Sergio Ravelo López, Editorial Política.
[2] Fidel Castro: “Encuentro con los jefes y oficiales vanguardias FAR 1973, el 13 de enero de 1974”
[3] Fidel en Radio Rebelde, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1979
[4] Amel Escalante Colás y Juan Sánchez Rodríguez
[5] La Victoria de la Esperanza 1958, por Martha Verónica Álvarez Mola y Sergio Ravelo López, Editorial Política.
[6] Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado (OAHCE)
[7] OAHCE

domingo, 20 de noviembre de 2016

Todo, como el diamante, antes de luz fue carbón

Por Zulema Samuel del Sol
Sobre la habanera barriada de Cayo Hueso, andaba por el 1945 Rolando,
un estudiante de la Escuela de Artes y Oficios. Las ropas de lino,
cubrían un cuerpo al que su altura -aproximadamente 1,85 metros-
desproveía de músculos. En sus bolsillos, dos manos negras que recién
terminaban las maniobras de operario en el taller judío de brillantes,
en la esquina de Espada y Jovellar. Dos manos retraídas que rehuían el
contacto excesivo. Un leve roce podía entintar las calles con polvo de
diamantes.
En los años veinte del pasado siglo, Josefina Russel y su hermana
llegaron a Cuba. Escapaban de Jamaica y de la pobreza hacia los
ingenios de la Isla, donde los haitianos y jamaiquinos-apodados en la
época como la tercera clase- se incorporaban a los cortes de cañas y
el bagazo de los centrales. Trabajadores temporales, que contrataban
por tres meses y expulsaban en el tiempo muerto. Una vida laboral con
más sequías que sembrados.
En el reparto de Maidique, en los márgenes de la línea ferroviaria de
Ciego de Ávila a Júcaro, en el sur, y a Morón en el norte, Josefina
tuvo a su único hijo: Rolando Samuel. De su padre, se sabe lo justo.
Se marchó antes de que el niño aprendiera a caminar. Rolando nació en
1927, en los tiempos de la hambruna, donde la harina, la calabaza, el
boniato y la manteca de puerco visitaban de vez en vez las casas
pobres.
Conocía a pocos en el pueblo: un par de muchachos con los que jugaba a
las bolas, los vaqueros y ganaderos de la finca de los Gonzáles Mena,
donde su madre cocinaba, y los policías de la guardia rural. De los
últimos no recuerda caras, solo las voces estridentes del "Dale cuero
a esos muchachos". Se los encontraba de vez en cuando, o más bien
ellos lo encontraban, brincando las cercas de las haciendas en busca
de mangos o tomando las cañas de azúcar de los ferrocarriles
provenientes del central Baraguá. Le perseguían a caballo con cueros
largos al que los muchachos llamaban bicho de buey. De estos
encuentros siempre quedaban recuerdos en forma de marcas.
….
Ahora, Rolando vive en un pequeño apartamento en Nuevo Vedado. Su
cuarto es un estudio, la cama una mesa de dibujo, las sillas,
escaparates y repisas, estanterías de libros de arquitectura y planos
de edificios. La única pista de sus ochenta y nueve años es un pequeño
temblor en la mano izquierda. Por lo demás, su cuerpo parece haber
recesado hace una década el envejecimiento. Cuenta su juventud a la
manera de Funes, el memorioso, de un talante que solo el síndrome de
Savant podría justificar.
"Vinimos para La Habana en 1936, para de aquí irnos hacia Estados
Unidos con los familiares de mi mamá, pero varias cosas nos
retuvieron. Primero conocimos en La Habana lo que era el racismo,
diferente de los pueblos de campo, donde solo había discriminación en
los centrales azucareros de blancos americanos, canadienses o
ingleses. Después de la primera invitación de mi madrina, Beatrice
Williams, a quedarnos con ella en Long Island, le pedí un tiempo para
pensarlo. Ella me contaba cómo la trataron en algunas ciudades
norteamericanas. En una ocasión el mesero de un Drive In en Washington
tiró contra el mostrador el vaso en el que había tomado su coca cola.
Historias como esa fueron llegando a mis trece años cuando conocí a
Harold Morris. Él estudiaba en un High School de New Orleans y venía
en las vacaciones con el padre y el hermano mayor. Le gustaba estar
entre nosotros y jugar pelota, a pesar de ser norteamericano, y ya
hablaba algo de español. Su padre me explicaba todos los problemas
raciales en Estados Unidos con el jeanclaudismo. Me contaba cómo los
negros de la Florida tenían que correrse hacia el fondo de los
transportes públicos cuando se montaban los blancos.
Poco después del ataque a Pearl Harbor, Harold regresó a Cuba con más
anécdotas para luego irse a la Isla de Guadalcanal, como sargento del
ejército norteamericano. En esa época se hizo novio de Paquita, una
estudiante de la escuela de odontología, y antes de irse me dejó a
cargo de cuidar a la muchacha. Tuvo la suerte de regresar entero de la
guerra y poder casarse con ella."
Al llegar a La Habana y hasta mediados de los cincuenta, Rolando y su
familia vivieron en un edificio de Cayo Hueso, en la esquina de
Infanta y Jovellar. Pagaban los 17 pesos de renta mensual, alquilando
una de las tres habitaciones. Los otros gastos se costearon en un
inicio con el sueldo de su madre, que rondaba lo veinte pesos. Fue
cocinera y repostera de familias adineradas como los Hedges, dueños de
las hilanderías de Ariguanabo y Matanzas y los López Serrano.
Por aquellos años el salario promedio rondaba los treinta o cuarenta
pesos mensuales. "La comida no era una preocupación, las mercancías
eran muy baratas, el arroz costaba dos o tres pesos, la manteca de
cerdo y la sal casi que te la regalaban en las bodegas. Ibas a la
bodega con diez pesos y salías con la comida completa." Tampoco lo era
el transporte con un importe de cinco o seis centavos por pasajero. La
mayoría de las rutas pertenecían a particulares españoles, integrados
como accionistas a la Cooperativa de Ómnibus Aliados, dirigida durante
el 40 y el 50 por Menelao Mora Morales. Los autobuses, en su mayoría
de las firmas General Motors y Ford, pasaban uno tras otro, siendo la
ruta 44 la más tardía con un lapso de 20 minutos entre una guagua y la
siguiente. El problema eran las universidades, los médicos, los
clubes, las ropas.
Las salidas nocturnas de Rolando, no eran ni muy lejanas ni tan
nocturnas. Se sentaba con los vecinos en las esquinas de Mudarra y
Peñate, de Infanta y San Lázaro o en el Parque Trillo. Casi tan
puntual como los ómnibus, pasaba a las 10:30 un carro negro con dos
hombres que rondaban los pesos Mike Tyson, sentados en los asientos
traseros con las ametralladoras apoyadas en las ventanillas. En la
parte del conductor iba el capitán de la demarcación en su ronda
habitual. Los muchachos tenían cinco minutos para perderse por entre
las casas. Los cinco minutos que demoraba el auto en doblar la
esquina.
Algunas veces las muchachas lo invitaban a él y a sus amigos a las
fiestas de los días de carnaval. La única exigencia era que trajeran
con ellos una botella de ron. Rolando y sus amigos-que para estos
casos no eran más de cuatro-se daban un quiño y corrían hacia sus
casas. Revisaban gavetas, pedían algún que otro favorcito a las
madres, para así, horas más tarde reunirse y entre todos contar el
dinero. Si llegaban a la suma de 70 centavos, tenían asegurada una
botella de ron Peralta, la marca más barata de la época, y por ende la
invitación. Durante los próximos siete años frecuentaría más los
parques que las fiestas.
En la década de 1940 y hasta finales de los cincuenta, la instrucción
pre-universitaria se dividía en dos ramas: las Letras con títulos de
Bachiller y las industriales. Estas últimas estaban representadas por
las Escuelas de Artes y Oficios de La Habana y Santiago de Cuba y la
Escuela Industrial de Rancho Boyeros. Las Escuelas de Artes y Oficios
eran centros populares que les aseguraban a las familias con menos
ingresos buenos contratos para sus hijos al terminar los cinco años
lectivos . Con tales pretensiones, Rolando comenzó sus estudios en
Construcción Civil en 1942.
Antes de graduarse de la Escuela de Artes y Oficios fue el cadi de Mr.
Wolf en el campo de golf de la finca El Cano. Los veinte centavos
semanales que le daba Wolf le aseguraban una salida al cine, sin
acompañante, y un refresco. Su suerte fue la esencia comercial y de
servicios que por aquellos años tenían las calles de Cayo Hueso. En
cualquier esquina estaban los "narra"-chinos con negocios de
tintorerías- o los hospedajes, emplazados a lo largo de Infanta, desde
Carlos III hasta Malecón, para universitarios del interior del país
que ingresaban en la Casa de Altos Estudios de La Habana.
Rolando sirvió de mensajero de las familias que cocinaban para las
residencias estudiantes. Con el trabajo de repartidor de cantinas
obtenía cinco o siete pesos semanales. Gracias a este empleo se compró
su primer traje, de saco almidonado con umbrelas y estampa carmelita.
Una prenda simple de una tienda de Belascoaín, que junto a los
primeros zapatos "de salir", a la usanza moderna de dos tonos blancos
y marrones engrosaron un guardarropa hasta entonces estático. Ninguna
de las dos piezas superaba los siete pesos.
A inicios de los años cuarenta, durante la Segunda Guerra Mundial,
muchos empresarios europeos se establecieron en Cuba y montaron
talleres para pulir diamantes. Uno de estos locales radicó hasta 1947
en la esquina de Espada y Jovellar, a poco más de una cuadra de
distancia del apartamento de Rolando. Y como Cayo Hueso es un pañuelo,
el joven estudiante y el dueño del naciente taller no demoraron mucho
en encontrarse.
Los judíos buscaban trabajadores con algunas capacidades de dibujo y
una carta de recomendación que lo avalara. Era costumbre entre estos
oficios pedir a los aspirantes alguna suma de dinero como garantía,
para solventar las pérdidas si se fugaran con los diamantes. Rolando
vio a varios esconder las piedras preciosas bajo el doble tacón de sus
zapatos para luego salir medio aterrados, medio campantes, por la
puerta principal del taller. En este caso se pedían doscientos pesos
que serían devueltos una vez terminado el contrato de cada empleado.
Rolando se presentó en el taller a los pocos días con la carta de
recomendación y doscientos pesos que su madre le había pedido en
calidad de préstamo a Caridad López Serrano, a quien servía de
cocinera hace algunos años. No era sorprendente que la señora prestara
tal suma a los empleados, su padre José López Rodríguez, un millonario
gallego a quienes todos llamaban Pote, se había suicidado durante la
Depresión de los años 20 ante una gran pérdida de activos. Pensándolo
pobre, muchos fueron a inspeccionar las cifras de los López Serrano.
Dicen las malas lenguas que Pote se fue a la tumba con dos millones de
pesos en el banco.
Si en seis meses Rolando aprendía el arte de hacer brillantes, se
convertía en operario y pasaba del sueldo de aprendiz-quince pesos
semanales- al pago por cada pieza pulida en el día. Al mes y medio de
su ingreso, tallaba tantos diamantes como los operarios, en su mayoría
polacos de origen judío. Ganaba semanalmente treinta pesos tallando
poco más de veinte piezas.
Todavía le relaja contar el proceso por el que pasaban los diamantes.
Mueve las manos como imitando la rueda que percute bajo la piedra.
"Nos daban un sobre pequeño con diamantes en bruto para pulirlos, eran
del tamaño de un grano de garbanzo con capas oscuras. Nuestro trabajo
era ponerlos arriba de un disco giratorio con polvo de diamante e ir
haciéndoles las distintas caras o culecs, como les decían los judíos.
Cuando a esa piedra oscura le pulías todas las caras sacabas un
brillante."
Dos años más tarde, al término de la Segunda Guerra Mundial, los
dueños del taller cerraron todo y regresaron a Europa. Mientras
Rolando, recién graduado de Artes y Oficios se marchó hacia la zona
franca de Matanzas, a trabajar como constructor en la hilandería que
estaban erigiendo los Hedges, para quienes trabajaba Josefina en esta
época. Al llegar, el ingeniero de la obra le pidió que guardara su
título de Artes y Oficios, porque allí solo obtendría labores de peón:
cargar bloques, recoger arena, etc.
"Como me acababa de graduar y tenía otras pretensiones, a pesar de que
me pusieron de peón, no me negué. En definitiva lo que quería era
aprender, y esas eran construcciones de mucha envergadura con grandes
industrias de todo tipo, almacenes y galerías gigantescas. Me dije:
bueno, voy a trabajar a lo mejor durante un año y el salario que
reciba lo guardaré para pagar la matrícula de la universidad."
Un año después, ingresó a la Facultad de Arquitectura gracias a unas
becas gratis que entregaba el gobierno a las familias en estado de
pobreza. Junto a él ingresaron para 1947-1948 poco más de setenta
estudiantes, entre ellos tres negros: Vicente Ofarrill, Félix W.
Arrieta y Rolando Samuel. La Facultad era un edifico clásico de seis
pisos, erigido frente al Hospital Calixto García. Las clases se
recibían en tres sedes: La Facultad de Ciencias donde impartían las
Matemáticas, la de Ingeniería para las lecciones de Estructura y la de
Arquitectura donde recibían las temáticas principales.
El primer semestre con nueve asignaturas, en su mayoría relacionada
con las matemáticas -apodada por alumnos de Arquitectura como "la
cadena"-, sería para Rolando la etapa más compleja de los seis años de
carrera: "Al mes de dar clases con Mario González, mi profesor de
Matemáticas, ya no entendía nada de lo que explicaba. Porque las
Matemáticas que te impartían en el nivel de Bachillerato-el nivel
medio- te servían únicamente para comprender un mes de clases de
Álgebra, Geometría Descriptiva y del Espacio o Trigonometría a nivel
universitario."
El paliativo solía encontrarse en las Academias de las zonas de Mazón,
San Lázaro e Infanta hasta la Plaza Mella, en frente a la Universidad.
Estas eran pequeños colegios privados donde se impartían clases y
repasos de asignaturas universitarias. Entre las más famosas estaba la
de Anatomía del profesor Isidro Hernández, en la calle San José entre
Gervasio y Escobar. Un local con gradas a la usanza griega, donde se
colocaban religiosamente todos los estudiantes de Medicina. Las
Academias de Matemática, por su parte, estaban dispuestas en la
explanada que colinda con la Plaza Mella. Los estudiantes de
Arquitectura e Ingeniería asistían a la de Carlos Ramírez por el
precio de cinco pesos al mes. Un pago que Rolando sin tiempo para
repartir cantinas, ni taller de diamantes al que asistir, no podía
permitirse. Sin embargo el profesor Ramírez, le ofreció clases de
todas las Matemáticas gratuitamente durante tres años. Algún tiempo
después, a mediados de los años cincuenta y tras algunos ahorros,
Rolando tocó la puerta de su antiguo profesor, dejándole quinientos
pesos y las gracias.
Sin embargo, Ramírez no fue el único alivio de Rolando: "A los que
éramos muy pobres, que éramos pocos dentro de Arquitectura, nos
ayudaron mucho los empleados de la Universidad. Porque en aquella
época teníamos que comprar papel para dibujar y muchos de nosotros no
teníamos dinero. Los bedeles tenían un local donde vendían lápices,
papeles, cartabones y nos fiaban siempre algunas herramientas. También
había que comprar muchos libros de texto y eran muy caros-costaban dos
pesos-. Pero a la derecha de la escalinata estaba la librería Alma
Máter, donde te vendían libros de uso mucho más baratos."
Hasta su tercer año, Rolando impartió clases de Matemática e Inglés a
sus compañeros de curso, en su mayoría hijos de profesionales
influyentes u otras élites habaneras, como los nietos del general
Menocal. "Ellos normalmente no iban a clases, eran hijos de familias
muy ricas y andaban siempre de parranda en el Hipódromo y los Jazz
Clubs. Y cuando venía la temporada de exámenes me llamaban para que
les repasara. Con ese dinerito pagaba los libros y guardaba un poco
para la matrícula anual, que rondaba los cuarenta y cinco pesos."
La Universidad que conoció Rolando la cubría un aire denso de restos
de pólvora y metralla. "Era la época de gansterismo dentro de la
Universidad y muchas luchas internas para copar la Federación
Estudiantil Universitaria (FEU). La mafia secuestraba a los candidatos
al secretariado de la FEU, sobre todo a los presidentes de las
facultades, para que salieran los candidatos que ellos postulaban en
las elecciones. Asesinaron a muchos estudiantes mientras estuve allí,
entre ellos a un alumno que era el administrador del Balneario
Universitario."
Ramón Grau San Martín con aires de psiquiatra sin papeles justificaba
cada escaramuza durante su segundo mandato como la escapada tácita de
una psicosis de guerra: "Cuando se termina la Segunda Guerra Mundial y
la Guerra Civil Española, muchos cubanos que habían luchado allá
volvieron para Cuba, como Emilio Tró. En los gobiernos de Grau San
Martín y Carlos Prío Socarrás obtuvieron altos grados dentro la
policía, fomentando la corrupción como hiciera Antonio Morín Dopico,
jefe de la Policía de Marianao. Pero a su vez, empezaban a enfrentarse
entre sí, dando pie a la guerra de Orfila."
Grau San Martín, proveniente de las cátedras universitarias, obtuvo la
presidencia gracias a los votos de los estudiantes y las mujeres: "Los
había convencido con su vocabulario cantinflesco y la famosa frase de
"las mujeres mandan". Durante su segundo mandato los grupos mafiosos
de los gánster Morín Dopico y Mario Salabarría se enfrentaron en 1947
en el reparto Orfila.
"Cuando le contaron a Grau lo que estaba ocurriendo en Orfila él dijo
"déjenlos, para ver si se matan entre ellos". Después para paralizar
aquello tuvo que venir el teniente coronel Lázaro Landeira, jefe de
los tanques del Ejército, porque la policía no pudo controlar la
situación y Grau había actuado prácticamente como Poncio Pilatos. Allí
asesinaron a la esposa de Dopico que estaba en estado. Ella había
salido con una bandera blanca y a pesar de eso la mataron. El caso de
Orfila fue un escándalo, que se pudo descubrir porque Eduardo
Hernández, el Guayo, un famoso periodista y fotógrafo, arrastrándose
por el piso pudo captar el hecho y publicarlo en el Noticiero
Nacional. Grau ante la opinión pública mundial se vio obligado a
sancionar a los gánsteres implicados."
Poco después de los sucesos de Orfila los periódicos empezaban a
coparse de pequeñas notas rojas. Entre sus columnas apareció más de
una vez Orlando León Lemus, "El Colorado", un estudiante de la Escuela
de Artes y Oficios que se había implicado en la Guerra de Orfila,
cuyas matanzas aterrorizaban las barriadas habaneras.
Los amigos de Rolando que vivían en la calle Vapor trabajaban en los
hoteles y bares prestigiosos de la capital. Entre ellos estaba Samá,
el único empleado negro del Hotel Nacional que trabajó durante los
años 50 en la lavandería del sótano. De ellos escuchaba los rumores de
visitas de gánsteres americanos a El Nacional y el Sans Souci. Meyer
Lansky, le dio propina a más de un conocido suyo.
De Yamil Chade, el manager del boxeador Kid Gavilán y amigo íntimo del
jefe de la compañía Naroca, con la que se relacionaría en quinto año,
Rolando escuchaba las aventuras de sus vecinos: "Había un muchacho de
mi barrio que era garrotero, le daba dinero en préstamo a los artistas
con el capital de fondo que le habían dado los mafiosos. Un buen día
se perdió con el dinero-alrededor de un cuarto de millón- y la mafia
americana empezó a amenazar a los cubanos. Parece que el coronel
Fernández, el cuñado de Batista, estaba metido en eso también y dicen
las malas lenguas que el americanito le dijo "Busca el dinero, porque
ese cargo no lo vas a tener toda la vida". Y apareció. Era toda una
vida de corrupción, todos esos hoteles como El Capri estaban
controlados por la mafia americana, que había invertido en ellos
durante los años 50."
También en Infanta y San Lázaro, a unos metros del apartamento de
Rolando, se suscitaban otros enfrentamientos, esta vez entre oficiales
y estudiantes. "Todas las broncas que se dieron por aquellos años
entre los universitarios y los gobiernos, tanto de Grau San Martín con
el jefe de policía Caramé como de Prío tuvieron lugar en Infanta y San
Lázaro. Porque nosotros hacíamos muchas manifestaciones hacia La
Habana Vieja y la policía nos esperaba en esa esquina para meternos
chorros de agua y darnos golpes. Yo no podía escapar porque vivía en
la otra esquina y cuando la Policía acordonaba la Universidad, toda
esa zona también se cercaba."
Era costumbre en aquella época, que los estudiantes de Arquitectura de
quinto año comenzaran a trabajar en firmas como dibujantes o haciendo
planos para los contratistas. "Muchos de los arquitectos famosos que
tenían oficinas de renombre y lujo prácticamente no trabajaban, se
dedicaban mayormente a buscar clientes, a asistir a almuerzos en el
Hotel Floridita, reuniones en Varadero, en el Miramar o Habana Jazz
Club, en determinada firma o con los masones. Sus proyectos solían
hacerlos los alumnos de cursos más avanzados-cuarto o quinto año- que
trabajan para estas corporaciones. Los arquitectos le hacían los
sketches y los alumnos le hacían el trabajo completo."
Mientras Rolando cursaba el quinto año Batista impuso su segundo
mandato. Al enterarse del golpe de Estado, subió hasta el local de la
FEU. "Cuando llegué todos comentaban que allí había estado Rolando
Masferrer diciendo que iba a ir por armas para que los estudiantes se
alzaran en contra de Batista. A su vez un grupo de estudiantes muy
conocidos, entre ellos Danilo Baeza, fueron a ver a Carlos Prío al
Palacio Presidencial a pedirle armas para el levantamiento. Pero Prío
los rechazó y Masferrer nunca regresó. Se decía que Masferrer había
sido interceptado en el camino por la gente de Batista que le
propusieron continuar en su cargo de senador si no se alzaba."
Rolando había visto varias veces a Masferrer. Él vivía en la calle
Jovellar, cerca del Malecón, a pocas cuadras de la casa del periodista
Gastón Baquero y el apartamento de Melba Hernández. Rolando y él se
encontraron varias veces, por aquellos años lo único que le llamaba la
atención de Masferrer era su cojera, tras la guerra española.
Con los rumores de que cerrarían la Universidad como telón de fondo,
Rolando abriría junto Félix Arrieta una pequeña oficina en los altos
del Cine Astral, bajo el apartamento de Luis Carbonell. Un local de
tres metros por cuatro con una mesa para dibujar y un alquiler de 10
pesos al mes, le proporcionaron sustento durante poco más de un
semestre. Haciendo planos a los contratistas cada uno ingresaba 120 o
150 pesos al mes. Era un tentempié ante las negativas de cada una de
las firmas a las que sus compañeros le recomendaban.
Una tarde, lo llama Joaquín, uno de los compañeros de curso a los que
solía repasar, hijo del propietario del Hospital Santa Clara. Le
propone, como muchos otros, trabajar como dibujante en una oficina. La
respuesta de Rolando, tras varios meses en busca de empleo, fue más
tajante que de costumbre: "No me presentaré Joaquín, porque en cuanto
asome la nariz, y vean que esta nariz es prieta, me van a poner
excusas".
Al día siguiente Joaquín estaba tocando el claxon en los bajos de
Infanta y Jovellar, venía de hablar con el jefe de la compañía, traía
buenas noticias: "Al presidente no le importa si eres chino, jamaicano
o japonés, ni si eres mulato, jabao, negro prieto o amarillo. Solo
quiere que vayas para allá y le demuestres que sabes dibujar".
Al mes de este encuentro, Rolando se había convertido en el primer
dibujante de la firma Naroca Constructions, y había trabajado junto
con otros dos arquitectos en la proyección del Naroca, un edificio de
estilo moderno de ocho pisos, situado en Línea y Paseo.
Cuando Rolando iniciaba la redacción de su tesis de diploma, durante
el sexto año de carrera, Batista acordonó la Universidad. "Yo iba a la
Universidad a veces, a escondidas, pero sin carnet, sin libreta y sin
nada, porque si te cogían y veían que eras estudiantes te llevaban
directo para la Estación.
Una vez iba subiendo por la calle San Lázaro, antes de llegar a la
Plaza de Mella, vi a los estudiantes en la azotea del edificio Andino.
Estaban al acecho, para cuando pasaran los patrulleros tirarles un
inodoro. Pero había que tener puntería para eso, porque el carro venía
por San Lázaro a toda velocidad. No le dio, el sanitario cayó detrás
del carro, y ahí mismo uno de los policías que iba asomado a la
ventana con una ametralladora en la mano, empezó a disparar hacia
arriba del edificio. Y no esperaban por nadie, si decían que Salas
Cañizares había dado la orden de disparar y solo después revisar a
quien le dispararon. Y te tiraban a matar, sin salvas ni nada."
El profesor Joaquín Weiss, decano de la Facultad de Arquitectura, le
solicitó ese año al rector Clemente Inclán que autorizara a un grupo
de alumnos de último curos-alrededor de 18-a hacer la tesis fuera de
la Universidad, ya sea en sus casas, oficinas o en el sótano del
Colegio de Arquitectos, pero siempre bajo la tutoría de un profesor
universitario. Y así pudieron realizar sus tesis. La graduación del
54-55, no tuvo acto o celebración, solo títulos entregados con sigilo
en el Colegio de Arquitectos. Un año después cerrarían la Universidad,
siendo la Casa de Altos Estudios Católica de Villa Manuela la única
opción posible para los aspirantes de esos años a la carrera de
arquitectura, junto a la Escuela de Belén de instrucción jesuita que
impartía cursos de dibujo a jóvenes pobres.
Poco tiempo después el presidente de la Compañía Naroca, coloca a
Rolando al frente de la construcción del Retiro Médico. Era la obra
que Antonio Quintana, un compañero de trabajo, había presentado y
obtenido el primer lugar en un concurso de Arquitectura.
Entre los consultores del proyecto estaban Raúl Velasco, presidente
nacional Federación Médica de Cuba, Fernández Conde, su representante
provincial, el Dr. Octavio Montoro, presidente del Seguro Médico,
entre otros. En esa época había en la obra una célula grande del
MR-26-07, entre ellos Iglesias quien dirigía la célula médica y
Roberto Carrazana, que dirigía la de los arquitectos. Además estaba un
grupo arquitectos de la Resistencia Cívica, dirigidos por Osmany
Cienfuegos y Arquímedes Poveda.
"Yo pertenecía a la Resistencia Cívica y estaba encargado de vender
bonos del MR-26-07 que me daban todos los meses, además de recolectar
200 pesos mensuales. En una ocasión me pidieron que recaudara 500
pesos, porque el aviador Díaz Lance, uno de los que estaba conspirando
contra Batista, tenía que traer un avión cargado de armas desde
México. Solamente en la firma en la que trabajaba recogí como 150
dólares.
En la huelga del 9 de abril me dieron otra tarea: ir a la azotea del
Retiro Médico, poner un palo en la cornisa y en el extremo que da a la
azotea colocar un cubo de agua con un pequeño hueco debajo, y de la
otra punta que daba a la calle poner un paquete de volantes. El
invento mantenía el equilibrio por un rato y a medida que el cubo se
iba vaciando, se desequilibraba el palo y los volantes caían hacia la
calle." En otras ocasiones, mientras la obra seguía en construcción,
los médicos le mandaban estudiantes de medicina para que Rolando los
escondiera entre los andamios.
En 1957, Rolando pudo cumplir la promesa que le había hecho a su madre
antes de ingresar a la Universidad. Les construyó una casa a ella y su
hermana. En las afueras de Altahabana, diseñó la vivienda de dos pisos
y le pagó a dos albañiles, antiguos compañeros de la Escuela de Artes
y Oficios para que dirigieran las obras. Con quince mil pesos que
había ahorrado en los últimos nueve años, diez mil que le prestó el
Colegio de Arquitectos y otros diez mil cedidos por el presidente de
la Corporación Naroca costeó el proceso y los terrenos.
Pese a las vueltas, la vida de Rolando nunca se separó de aquel taller
de brillantes de Espada y Jovellar. De las minas de carbón, a la rueda
del tiempo, puliendo cada vena con polvo de diamantes. En su historia,
vemos tallada como en la de Funes, la memoria de todos los hombres o
por lo menos la estampa de la otrora República.