El trabajo es un cuento
imaginario sobre un locutor de una emisión de radio de Cuba, el cual había
trabajado en los momentos decisivos antes la Revolución Cubana. Por eso, todos
los detalles pueden ser irreales. El trabajo solo para contar algunos hitos en
la historia de Cuba, desde 1902 hasta 1959, antes de la etapa revolucionaria.
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En el segundo año de la
carrera Periodismo, tuve un chance de hacer la práctica en la emisión Habana
Radio, y conocí a un señor de edad, que fue un locutor de este radio durante la
época de la Revolución. Siempre recuerdo a esa tarde que lo vi por la primera
vez…
Fue una linda tarde de
enero, con un poco de sol y frío corriendo en todas las calles de La Habana
Vieja. Terminé el trabajo de hoy y busqué un lugar para recompensar a mí un
cafecito y un momento relajado. Me senté en una cafetería en la Plaza de San Francisco
y por casualidad, conocí a Alejandro García. Es un señor alto, flaco, de mayor
edad. Al ver mi carnet del Habana Radio, me presentó que también había
trabajado para este radio en las épocas revolucionarias y hoy, regresó a la
emisión para visitar sus colaboradores y su trabajo del aquel tiempo.
Vivía en ese tiempo, y
trabajaba como locutor de un radio, él sabe y me contó muchísimas cosas sobre
los últimos momentos la Revolución cubana.
“En ese momento, tuve
que trabajar todos los días para
escribir, organizar y transmitir las noticias más rápido que posible a
la gente. Todo el pueblo en aquel momento escuchaba a la radio. No como ahora,
casi todo el mundo tiene televisor, o leen noticias en las páginas web”, el
locutor de aquel tiempo me contó.
“El ejército de la dictadura
de Batista era superior al Ejército Rebelde en la preparación teórico – militar
general. Lo que no tuvieron en cuentas los militares de academia fue que una
cosa es la enseñanza recibida en las aulas y otra los conocimientos que la vida
práctica brinda. Y sobre todo, que la desmoralización de su ejército sería
convenientemente aprovechada por los revolucionarios y convertida en principal
factor de su triunfo.[1]
“¿Y usted recuerda algunos
discursos de Fidel en aquel tiempo?” – le pregunté a Alejandro.
“El enemigo consideró que
había llegado la ocasión oportuna para lanzar nueva y más poderosa ofensiva
contra las fuerzas revolucionarias en
las montañas. Y para los combatientes rebeldes, fue uno de los momentos más
difíciles. Fidel dijo: “los tres momentos más críticos fueron cuando la
dispersión, cuando la traición de Eutimio y, desde otro punto de vista no
crítico para la revolución, pero sí como un momento en que pudo haberse
dilatado la guerra fue ese que yo te conté de la ofensiva[2]” – dijo Alejandro.
“Mientras tanto, Fidel
Castro, con el apoyo del Ejército Rebelde, concibió una audaz idea para la
lucha venidera, fue uno de los momentos más destacados en su pensamiento
militar”, agregó.
“Señor, durante esa etapa,
¿cuál fue la emisión de radio que también se transmitió las noticias?” –
curioseé.
“Radio Rebelde también
transmitió mucha información sobre esa época. Yo recuerdo que Radio Rebelde
pasó a la Columna 1 y, bajo la dirección de Fidel, se transformó en un poderoso
instrumento de la Comandancia General del Ejército Rebelde, no solo desde el
punto de vista político – ideológico, sino incluso en la propia conducción de
las operaciones militares, lo que en cierto sentido permita afirmar que devino
en un centro de comunicaciones del Ejército Rebelde”.[3]
“¿Qué hizo Fidel en el año
1958?” – le pregunté.
“El 8 de mayo de 1958
Fidel le escribía una extensa carta al capitán Ramón Paz Borroto en la que le
daba órdenes muy precisas con relación a
la defensa del territorio rebelde: “si el enemigo logra invadir todo el
territorio, cada pelotón debe convertirse en guerrilla y combatir al enemigo,
interceptándolo por todos los caminos, hasta
hacerle salir de nuevo. Este es un momento decisivo. Hay que combatir
como nunca”.[4]
Alejando me hizo recordar
al Presidente Ho Chi Minh, también dijo al pueblo que al venir las invasiones,
desde niños, mujeres hasta los jóvenes y adultos, tenemos que luchar contra los
enemigos con cualquier cosa, y hay que luchar hasta tenemos la libertad.
“Las primeras acciones
de esta gran campaña militar se produjeron los días 24 y 25 de mayo de 1958.
Este último día, Fidel se encontraba en una reunión con un grupo de campesino
discutiendo las condiciones en que podría realizarse la cosecha de café,
teniendo en cuenta que el ejército había prohibido el paso de los jornaleros
que habitualmente acudían a trabajar en la recogida”.[5]
Alejandro me contó
que nunca se le olvida la frase de Fidel sobre la necesidad de preparar el
terreno, aun cuando su enemigo inició sus movimientos, lo que El Comandante en
Jefe le escribió a Pedro Miret el 29 de mayo: “No descanses en la preparación
de la defensa. Cuando los tiros y los aviones comienza es cuando se sabe el
valor de este trabajo”.[6]
“Recuerdo exactamente
la noticia que di en el 10 de junio de 1958: “El 10 de junio, fuerzas el
Batallón 18 del ejército arribaban a bordo de una fragata de la Marina de
Guerra y desembarcaron por el lugar conocido por Arroyo de las Cuevas. El mismo
día, Fidel le escribía al Che: “Todo parece indicar que el ejército está
desembarcando por la costa”. Y terminaba: “Parece que la cosa dura se está
preparando. Cuida que los trabajos de trincheras se adelante rápidamente”.[7]…
Hablamos un ratico
más, y nos despedimos. El señor me dio su contacto para que si me interese en
sus tesoros de libros históricos o quiera algunos consejos sobre el trabajo.
Siempre tengo muchas ganas de escuchar los cuentos históricos, y en esa tarde,
aprendí mucho de él.
Hasta hoy, a veces,
pasé por su casa para visitar y escuchar sus historias de Cuba. Gracias a
Alejandro, el amor mío para Cuba es cada vez más crecido, me encanta la gente,
me encanta el país…
[1] La
Victoria de la Esperanza 1958, por Martha Verónica Álvarez Mola y Sergio Ravelo
López, Editorial Política.
[2] Fidel
Castro: “Encuentro con los jefes y oficiales vanguardias FAR 1973, el 13 de
enero de 1974”
[3] Fidel en
Radio Rebelde, Editorial Gente Nueva, La Habana, 1979
[4] Amel
Escalante Colás y Juan Sánchez Rodríguez
[5] La
Victoria de la Esperanza 1958, por Martha Verónica Álvarez Mola y Sergio Ravelo
López, Editorial Política.
[6] Oficina
de Asuntos Históricos del Consejo de Estado (OAHCE)
[7] OAHCE
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