Conversación con Alfredo Medina, villaclareño de 93 años, capitalino de
45; profesor de inglés retirado, amante de la vida, de su familia, del recuerdo
de su mujer y del café, que según él es quien lo mantiene vivo.
Por José
Antonio Rigual
Por las cosas que dice Alfredo Medina, uno pudiera imaginarse que es el
más desahuciado de los locos cubanos o quizás el más lúcido de nuestros historiadores. Tiene 93 años y una memoria
clara capaz de analizar críticamente cualquier suceso. A veces es demasiado
agresivo y crítico al hablar, pero cada cual tiene sus luces y sus sombras.
Cuando le pedí esta entrevista reaccionó un poco huraño argumentando que
los periodistas éramos unos chismosos, pero que iba a conversar conmigo de
todas formas porque yo parecía buena gente.
Yo no soy un disidente ni un damo de blanco chambón, pero por mi
sinceridad tal vez me quieran meter en ese saco y estoy muy viejo pa´ la
gracia. Así que te pido que me cambies el nombre si vas a escribir esto en
alguna parte. Conforme, después de sus palabras terminamos conversando en un
tranquilo parque del Cerro sobre la Cuba neocolonial.
“Batista y Stalin era la misma cosa, pero uno vestido de azul y el otro
de rojo. ¿Tú quieres que yo te diga cómo era la Cuba de las décadas del 30 y
40? Pues para mí, igualita que la Unión Soviética de esas décadas. Yo tengo 93
años, y por lo que he vivido, a mí no hay ya quien me haga un cuento.”
Mira es verdad que aquí mataron a un montón de gente por ser
revolucionarios. Jovencito, niños de la Universidad, del Instituto de Segunda
Enseñanza…unos fiñes. Machado era un Hijo de p…y acabó con este país como
también acabó Batista. Todo eso es verdad. Pero también hay cosas de aquel
tiempo que todavía las tenemos.
Aquí los que vivían eran los ricos. Ellos eran un 30 o 40 por ciento de
la sociedad que vivía bien mientras los otros éramos los jodidos. Nada
compadre, la misma historia de ahora que vez a un 30 o un 40 por ciento de la
sociedad que recibe dinero, que va a las tiendas, a los restaurantes de lujos,
que tienen carro mientras otra cantidad de gente vivimos en cuartos que se nos
quieren caer encima.
¿Pero en
aquel entonces tener salud o educación eran beneficios de los que unos pocos
disfrutaban y hoy la mayoría o todos tienen acceso a esos servicios
gratuitamente?
Mira, eso es verdad y fue algo bueno que hizo la Revolución. Ante si no
tenías dinero para ir al médico, había que estar pidiéndoles favores a los
políticos o depender de la buena voluntad y gracia de alguien que quisiera
ayudarte. Eso que s eha hecho es buenísimo.
También está lo del analfabetismo. Miles de gentes que querían estudiar
y no podían. Pero para que veas que las cosas no son en blanco y negro, hoy se
puede estudiar y la gente sigue siendo analfabeta. Por lo menos en aquellos
tiempos había educación, cortesía, modales. Hoy la gente podrá ser muy
inteligente y estudiada con muchos títulos y eso, sin embargo se ven torpes,
groseros, vulgares. Lo que ganamos por un lado también lo perdimos por otro.
Sí, concuerdo
en algunas cosas con usted, sin embargo había gente que estaba dispuesta a dar
su vida por cambiar las cosas. Por tener, de alguna manera, estoo que tenemos
hoy.
Yo no estoy seguro de que tanta gente en aquel entonces luchara por esto
que tenemos hoy. Yo creo que luchaban por eliminar a aquel régimen, pero sin
una idea fija del régimen que querían implantar. La mayoría de las huelgas y
luchas fue por cambiar los gobiernos, pero raras veces tenían un plan de acción
concreto a llevar a cabo.
Mi opinión es que aquí llegamos al socialismo un poco por las
circunstancias. Considero más bien que este iba a ser un gobierno fuertemente
nacionalista. Pero pasaron las cosas como pasaron y terminamos siendo la base
naval de los soviéticos en América Latina.
En unas
líneas cómo definiría usted la etapa neocolonial de la que guarda recuerdo.
Chico te voy a mencionar las palabras que me vienen a la mente cuando
pienso en aquel tiempo.
Violencia, corrupción, prostitución, los extranjeros eran privilegiados,
desigualdad, muchos negocios particulares en cualquier esquina,
represión…muchas más.
¿Y usted de qué lado estaba? ¿De la Revolución o de los gobiernos
republicanos?
Los pobres da igual de qué lado estamos. Al final seguimos siendo pobres
y a veces más pobres todavía. Yo fui Revolucionario. Tenía fe en el proyecto
revolucionario, la tuve hasta hace poco. Pero he vivido tantas decepciones
últimamente que ya no sé si me quede fe en algo más que en Dios.
Pero cree usted que aún con luces y con sombras se debe estudiar la
historia para no volver a cometer los mismos errores.
Yo lo que único que creo es que la historia la hacen los vencedores.
Mira muchacho tú tienes que vivir y sacar tus propias conclusiones de la vida.
Yo no quiero atolondrarte con mis pensamientos de viejo resabioso frustrado. Tu
estudia todo, y duda de todo, no por mala intenciones, sino para que llegues a
una mejor comprensión de la verdad.
Deja esto aquí y vamos a hablar de pelota…
Y así fue como Alfredo dio por concluido el tema. Después de la
conversación dudé en escribirla pues tal vez Alfredo Medina esté demasiado
parcializado, o mediado por situaciones. Tal vez sus palabras no seas más que
una construcción que quiere hacerme creer… ¡pero aquí está la entrevista! La
redacté porque a fin de cuentas la historia también está construida y hecha
para ser creída.
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